Este total de ciudadanos resultaron afectados por lesiones por pólvora pirotécnica, intoxicaciones por fósforo blanco y por consumo de licor tipo de práctica adulterado con metanol durante las festividades de 2021-2022.
Así lo dio a conocer el Instituto
Nacional de Salud (INS) al finalizar el periodo de vigilancia intensificada, dentro
del cual se evidencia un incremento del 61,93% de accidentes con respecto al
2021, cuando se registraron 725 lesionados.
RANKING DE CIFRAS
Según la vigilancia realizada por el
INS, las mayores cifras de lesionados se presentaron en las fechas de las
festividades siendo diciembre 31 el día más crítico con 156 quemados, seguido
del diciembre 25 que registró 110 y de enero 7, cuando se reportaron 102 lesionados.
De acuerdo a los números consolidados,
Nariño fue el departamento con mayor número de quemados, registrando un total
de 145 lesionados. Al departamento del sur del país le siguen Antioquia con 108
afectados, Bogotá con 95, Valle del Cauca con 91, Cauca con 78 y Tolima con 70.
Para Jairo Hernández, subdirector de
Salud Ambiental del Ministerio de Salud, estas cifras son preocupantes y
reflejan la urgencia de intensificar la pedagogía y construir mejores
estrategias para la regulación de la pólvora en estos departamentos.
"Los números se han duplicado en
solo un año: en la temporada de vigilancia de 2020-2021, 476 adultos y 249
menores resultaron afectados pero, sin duda, la cifra más lamentable es que
cinco personas perdieron la vida este año", enfatizó el funcionario.
OTROS DATOS
Asimismo, el informe registra que del
total de 1.174 afectados en el país por la pólvora, 810 corresponden a adultos
mayores de los cuales 353 estaban bajo efectos del alcohol. Por su parte, 364
menores de 18 años resultaron lesionados de los cuales 35 habían consumido
alcohol en compañía de un adulto.
De estos lesionados, el INS indica que
un 90,5% resultaron quemados; 64% con laceraciones en su cuerpo; 26,7% tuvieron
contusiones; 11% tuvieron que ser amputados; 6.6% quedaron con daño ocular y un
2% con daño auditivo.
"La gente debe entender que estas
lesiones afectan la vida, la salud, la integridad física y emocional de las
personas ocasionando impacto social, ambiental y económico en la población.
La pólvora no es un juego", concluyó Hernández.
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