La pandemia por COVID-19 ha tenido un impacto desproporcionado en las mujeres de las Américas, lo que ha contribuido a aumentar la desigualdad de género en salud y amenaza su desarrollo y bienestar, afirma un nuevo informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
El informe Análisis de género y salud: COVID-19 en las Américas, presentado hoy durante un panel virtual para marcar el Día Internacional de la Mujer, explora los efectos de la pandemia en las mujeres y las niñas, y presenta conclusiones en áreas como la salud, el empleo y el bienestar social.
El evento contó
con la participación de Karen Sass, directora de Discapacidad de la Secretaría
Nacional de Cuidados del Ministerio de Desarrollo Social de Uruguay, y Hugh
Adsett, Embajador y Representante Permanente de Canadá ante la Organización de
los Estados Americanos (OEA).
LAS TRABAJADORAS
“Este reporte
subraya que la desigualdad de género es una crisis social, económica, política
y sanitaria permanente, que se ha visto exacerbada por la pandemia”, afirmó la
Directora de la OPS, Carissa F. Etienne. “Pero también pone de manifiesto dónde
tenemos que trabajar más para crear un futuro más equitativo, resistente y
sostenible”, destacó.
Durante la
pandemia, su papel como cuidadoras expuso a las mujeres a un mayor riesgo de
contraer Covid-19. Al ser la gran mayoría del personal de salud, las mujeres
estaban en primera línea atendiendo a los pacientes, representando el 72% de
todos los casos entre los profesionales de la salud en la región y desde la organización
se consideró que si hubieran estado mejor protegidas desde el principio y con
turnos razonables, muchas infecciones podrían haberse evitado.
Los costos
físicos y emocionales de trabajar largos turnos en el hospital o de estar
expuestas a la COVID-19 las siguieron a la casa, donde las mujeres también son
responsables del 80% de las tareas domésticas. Varios estudios han demostrado
que las mujeres que trabajan en el sector salud tienen más probabilidades de
sufrir ansiedad y depresión, insomnio o agotamiento que sus compañeros
masculinos.
PANORAMA AMPLIADO
Durante los
confinamientos para frenar la propagación del virus, las mujeres pasaron más
tiempo en casa, un lugar que no era seguro para muchas. Durante estos periodos,
las llamadas a los teléfonos de atención a la violencia doméstica se dispararon
un 40% en algunos países. Pero en otros, disminuyeron drásticamente, lo que
advierte que las supervivientes se enfrentan a nuevas barreras para buscar
ayuda.
El sars-cov-2
también ha tenido un impacto marcado en la salud de las mujeres. Si bien el
informe comprueba los datos globales que las mujeres tienen una probabilidad
ligeramente menor de desarrollar una enfermedad grave por Covid-19 que los
hombres, también muestra que ellas tenían más probabilidades de ser diagnosticadas
más tarde que ellos, y cuando fueron diagnosticadas, murieron antes, lo que
sugiere que un mayor número de mujeres no recibió la atención adecuada a
tiempo.
Por su parte, la
reorganización de los servicios para atender la emergencia dejó a demasiadas
mujeres y niñas sin el apoyo que necesitaban para mantenerse sanas. En América
Latina y el Caribe, 1 de cada 4 adolescentes no tuvo acceso a servicios de
planificación familiar, algo que las dejó expuestas a embarazos no deseados,
riesgos para su salud, abandono escolar y ciclos de mala salud y pobreza, entre
otros.
La Covid-19
también ha agravado la mortalidad materna. Las futuras madres tuvieron que
equilibrar el miedo a la infección con la incertidumbre de no saber si podrían
dar a luz con seguridad en un centro de salud, y demasiadas no recibieron la
atención que necesitaban a tiempo. En los últimos dos años, se han notificado
más de 365.000 casos de en embarazadas en la región, y más de 3.000 de ellas
han muerto.
ENFOQUE DE GÉNERO
El informe
indica, además, que la incorporación del enfoque de género en la respuesta a la
pandemia ha sido insuficiente y que el género no aparece en los análisis de los
efectos directos e indirectos de la pandemia, algo que dificulta reconocer y
analizar las consecuencias diferenciales que ha tenido la pandemia sobre
hombres y mujeres.
“La pandemia nos exige una transformación radical en la generación, el análisis y el uso de datos desglosados para identificar las desigualdades en materia de salud”, afirmó el Subdirector de la OPS, Jarbas Barbosa. “Sin datos cuantitativos y cualitativos, y sin evidencias, nuestros esfuerzos en materia de equidad de género y de otros aspectos de la salud se ven considerablemente comprometidos”, puntualizó.
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