Segunda parte del informe especial sobre un reciente estudio que señala que la orfandad asociada a la COVID-19 y la pérdida de cuidadores se han convertido en importantes problemas mundiales.
El estudio se denomina “Estimaciones mínimas mundiales, regionales y nacionales de niños afectados por la orfandad asociada a la COVID-19 y la muerte del cuidador, por edad y circunstancias familiares hasta el 31 de octubre de 2021: un estudio de modelado actualizado” y fue publicado en la sección “salud del niño y del adolescente” de la revista científica The Lancet.
DATOS PREVIOS AL MÉTODO
Anteriormente,
los investigadores utilizaron los mejores datos disponibles sobre el exceso de
mortalidad y la mortalidad por Covid-19 de 21 países, que representan el 76 por
ciento de las muertes por la infección, para modelar estimaciones mínimas
globales de niños afectados por la orfandad y la muerte de cuidadores asociadas
a covid-19 para los primeros 14 meses de la pandemia.
La pérdida de
los abuelos se incluyó en ese informe, dado su papel crucial en el cuidado de
los niños, particularmente en entornos de bajos ingresos. El porcentaje de
niños que viven en hogares familiares extensos que incluyen a los abuelos es
del 38 por ciento en todo el mundo y casi el 50 por ciento en la región de Asia
Pacífico.
Usando nuevos
datos de exceso de mortalidad y mortalidad por COVID-19, el objetivo de los
científicos fue estimar el aumento en el número de niños afectados por la
orfandad asociada a Covid-19 y la muerte del cuidador durante los 6 meses
inmediatamente posteriores a su informe original.
Además, buscaron
modelar distribuciones globales de orfandad por grupo de edad y circunstancia,
orfandad materna o paterna, para cada región y nación y vincular los hallazgos
a una estrategia basada en evidencia para la programación de respuesta de
emergencia COVID-19.
MÉTODOS
En este estudio
de modelado, se utilizaron nuevos datos de exceso de muerte y muerte por
Covid-19 para examinar el aumento en las estimaciones mínimas globales de
orfandad y pérdida de cuidadores del período de 14 meses de un estudio anterior
realizado entre marzo 1 2020 a abril 30, al siguiente período de 6 meses del
mayo 1 a octubre 31 de 2021.
Los
investigadores definieron la orfandad como la muerte de uno o ambos padres, la
pérdida del cuidador principal como la muerte de uno o ambos padres, o de uno o
ambos abuelos con custodia co-residentes de 60 a 84 años y la pérdida del
cuidador secundario como la muerte de uno o más abuelos o parientes mayores que
co-residen.
Luego estimaron
la categoría de edad y las circunstancias de orfandad materna o paterna de
estos niños por región de la OMS y globalmente y utilizaron las Directrices
para la elaboración de informes de estimaciones de salud precisas y
transparentes.
Extracción de datos
Utilizando los
métodos descritos anteriormente, se extrajeron datos sobre el COVID-19 y el exceso
de muertes cuando los datos desglosados estaban disponibles entre marzo 1 de
2020 y octubre 31 de 2021 para 21 países del estudio. Los países tenidos en
cuenta fueron Argentina, Brasil, Colombia, Inglaterra y Gales, Francia,
Alemania, India, Irán, Italia, Kenia, Malawi, México, Nigeria, Perú, Filipinas,
Polonia, Rusia, Sudáfrica, España, Estados Unidos y Zimbabue.
En comparación
con el estudio anterior, los datos para todo el período de 20 meses mejoraron
con los nuevos datos de mortalidad disponibles para los 21 países de estudio,
particularmente para Perú, India y Polonia, y por lo tanto los investigadores
hicieron nuevos cálculos retrospectivos para el período original de 14 meses,
así como nuevos cálculos para el período posterior de 6 meses.
Para los
cálculos que los científicos tenían atrasados y sus nuevos cálculos, usaros el
valor máximo entre las muertes por Covid-19 y el exceso de muertes para los
países donde estaban disponibles los desgloses por edad y sexo, y aplicaron un
factor de ajuste usando las muertes por la infección desglosadas por edad y
sexo donde solo el exceso total de muertes estaba disponible.
Además, usaron
el término muertes asociadas a Covid-19 para describir la combinación de
muertes causadas directamente por la enfermedad o indirectamente por causas
asociadas como por ejemplo la disminución del acceso a los servicios de salud,
reportadas como exceso de muertes. El exceso de muertes se obtuvo restando el
promedio de muertes entre 2015 y 2019 del promedio de muertes durante el mismo
período en 2020-21.
Así mismo, se
utilizaron datos de fertilidad entre 2003 y 2020 y datos de mortalidad infantil
por tramos de edad de 5 años para calcular el número promedio de hijos por
persona de cada edad y sexo. Luego, se multiplicó esta estimación por la
cantidad de muertes asociadas con COVID-19 en cada franja de edad y sexo de 5
años para calcular la cantidad de niños que pierden a un padre y, para los
niños que perdieron a ambos padres -es decir, huérfanos dobles- se ajustaron
para evitar recuentos duplicados. También se incluyó un análisis de
sensibilidad que examina la fertilidad potencialmente reducida debido a
COVID-19 en 2021.
Teniendo en
cuenta la pérdida de los abuelos encargados del cuidado, se utilizaron los
datos de composición del hogar de la ONU para la proporción de adultos mayores
de 60 años que residen juntos con niños menores de 18 años sin un padre para
definir a los abuelos cuidadores primarios, y con un padre para los abuelos
cuidadores secundarios.
Otros familiares
convivientes, de 60 años o más, también podrían clasificarse como cuidadores
secundarios, por lo que fueron incluidos los abuelos que residen juntos porque
brindan un apoyo financiero, psicosocial y práctico sustancial a los hogares, y
su pérdida puede poner a los niños en riesgo de colocación institucional,
pobreza, problemas de salud mental y abuso.
Finalmente en
este aspecto, se multiplicaron estas proporciones por COVID-19 -muertes
asociadas para generar números de niños afectados, suponiendo conservadoramente
que una muerte resulte en que solo un niño experimente la muerte del cuidador.
Con los métodos
descritos previamente se produjeron extrapolaciones globales para la orfandad y
la muerte del cuidador asociadas con Covid-19. Este enfoque mostró una fuerte
correlación entre la proporción de orfandad a muertes y la tasa de fertilidad
total.
En el estudio se
utilizó la regresión logística y además se incorporó un efecto fijo para los
países de Europa occidental en el modelo para todo el período de 20 meses, ya
que el modelo original predijo en exceso la pérdida del cuidador en esa región
Orfandad por categoría de edad y circunstancia
Los autores del
estudio ajustaron sus métodos anteriores para estimar la composición por edad
de los niños que perdieron madres y padres durante todo el período del 1 de
marzo de 2020 al 31 de octubre de 2021. En lugar de sumar las contribuciones
individuales al número promedio de los hijos que tendría un adulto de cada sexo
entre 2003 y 2020, estimaron las contribuciones anuales a la fecundidad por
separado.
Por tanto, al
multiplicar por las defunciones, obtuvieron el promedio de hijos por cada año
de edad, entre 0 y 17 años, que tendría un adulto en cada franja de edad
adulta, y asumieron que la fecundidad es insignificante para ambos sexos para
edades menores de 15 años, para mujeres mayores de 50 años y hombres mayores de
80 años. El número total de países para análisis específicos por edad se redujo
a 20, porque excluimos a Rusia debido a la escasez de datos sobre la edad de
muerte.
Luego
clasificaron a los niños en grupos de edad según las diferentes necesidades,
riesgos y estrategias de respuesta: 0 a 4 años, 5 a 9 años y 10 a 17 años y
utilizamos datos de población de la Oficina del Censo de Estados Unidos de 2020
y la Oficina de Estadísticas Nacionales de Inglaterra y Gales para calcular los
casos de orfandad por cada 1000 niños de 0 a 17 años, pero no ajustaron por
huérfanos dobles, ya que representaron 0,1 por ciento de toda la orfandad.
Utilizamos
bootstrapping -término procedente del inglés que hace referencia a empezar algo
sin recursos o con muy pocos recursos- para calcular la incertidumbre en torno
a los cálculos específicos de la edad. Además, evaluaron si los riesgos de
orfandad entre el grupo de edad de 0 a 4 años aumentaron en comparación con los
primeros 14 meses, posiblemente debido a una mayor vulnerabilidad de los
adultos más jóvenes a las muertes por variantes delta.
Para la
construcción de este estudio se ajustó una regresión logística multinomial
bayesiana a los datos de 20 países de estudio para estimar la proporción de
huérfanos por grupo de edad y circunstancia, utilizando proporciones de edad
adulta y producto interno bruto.
Finalmente, se usó el número extrapolado de huérfanos, combinado con el modelo bayesiano, para estimar la orfandad por grupo de edad y circunstancia desde el 1 de marzo de 2020 hasta el 31 de octubre de 2021, para todos los países que informaron muertes por COVID-19 hasta octubre 31de 2021, según datos del Centro de Recursos de Coronavirus de la Universidad de Medicina Johns Hopkins.
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