Quinta y última parte del informe especial sobre un reciente estudio que señala que la orfandad asociada a la COVID-19 y la pérdida de cuidadores se han convertido en importantes problemas mundiales.
El estudio se denomina “Estimaciones mínimas mundiales, regionales y nacionales de niños afectados por la orfandad asociada a la COVID-19 y la muerte del cuidador, por edad y circunstancias familiares hasta el 31 de octubre de 2021: un estudio de modelado actualizado” y fue publicado en la sección “salud del niño y del adolescente” de la revista científica The Lancet.
OBSERVACIONES ADICIONALES
El informe
destaca que la pérdida de los padres también plantea riesgos de
institucionalización, con efectos relacionados con la edad. Los niños que
ingresan a las instituciones a edades más tempranas y por períodos prolongados
tienen un desarrollo cognitivo reducido, mientras los niños mayores tienen un
mayor riesgo de violencia y explotación.
La evidencia
mostró que se debe evitar dicha ubicación y se debe priorizar el cuidado basado
en la familia a través de parentesco, acogida, adopción o Kafalah, una práctica
musulmana de acogida o tutela. Los expertos consideraron que el cuidado basado
en la familia seguro, estable y enriquecedor que es sensible a la edad y etapa
de desarrollo del niño en duelo puede apoyar la recuperación, proteger de
riesgos futuros y prevenir la institucionalización.
El trabajo
indica que también es importante comprender que las madres, los padres y los
abuelos son importantes, pero con algunas diferencias en los efectos que varían
según la cultura y el contexto. La pérdida de un sostén principal de la familia
está relacionada con dificultades económicas familiares repentinas y duraderas.
Por ejemplo, los
estudios tenidos en cuenta por los investigadores en el África subsahariana
muestran que la muerte del padre está asociada con una disminución del control,
la orientación y el establecimiento de límites, mayores riesgos de violencia
sexual, adolescentes embarazo y matrimonio temprano para las niñas.
Por otro lado, la
pérdida de un cuidador socioemocional principal puede disminuir la conexión
social y la cohesión familiar, y los estudios han demostrado tales efectos en
los niños huérfanos de madre, los cuales están mediados por diferentes
composiciones familiares, por ejemplo, soltero, dual, multigeneracional, mixto,
tradicional y no tradicional, y por diferentes enfoques culturales de la
adolescencia, como el matrimonio infantil como respuesta a la pobreza extrema.
Los expertos establecieron
que las niñas adolescentes afectadas por la orfandad tienen riesgos
particularmente elevados de no matriculación escolar, inasistencia, violencia
sexual y explotación, y la evidencia confirma que el control de los padres
reduce dichos riesgos por lo que en concepto de los científicos desarrollar
habilidades de crianza para los cuidadores restantes y habilidades para la vida
de los adolescentes puede promover la recuperación al fortalecer la agencia, la
autoestima y las relaciones con los compañeros.
Por lo anterior,
se estimó que las respuestas integrales que son sensibles a la edad y las
circunstancias de los niños en duelo pueden restaurar la esperanza y
desarrollar la resiliencia, lo cual demuestran las lecciones de otras epidemias
las ramificaciones sociales, económicas y psicológicas compuestas de la
orfandad y los beneficios efectivos de las intervenciones multifactoriales.
El apoyo a tales
intervenciones por parte del gobierno, la sociedad civil y los sectores
religiosos puede desviar los factores estresantes acumulados, aliviar el
sufrimiento creciente y ayudar a los niños a encontrar fortaleza, experimentar
crecimiento y desarrollar nuevas habilidades, puntualizron los expertos.
Dos décadas de
programas coordinados de VIH/SIDA para huérfanos y niños vulnerables le han permitido
demostrar a los investigadores que las inversiones en programas basados en
evidencia como por ejemplo,
transferencias de efectivo, apoyo a los padres y escuelas seguras, promueven
resiliencia para los niños, las familias, las comunidades y las naciones, por
lo tanto la atención recibida después de la muerte del cuidador da forma a las
consecuencias de esa muerte.
LIMITACIONES DEL ESTUDIO
Los autores del
estudio señalaron algunas limitaciones de nuestro estudio, iniciando con que si bien sus hallazgos solo brindan estimaciones
mínimas de los niños que enfrentan la orfandad asociada con la pandemia y las
muertes de sus cuidadores, han refinado estas estimaciones con datos de exceso
de mortalidad recientemente disponibles.
Para la edad de
orfandad y las circunstancias de pérdida, también subestiman los países del
estudio que informan solo la mortalidad por Covid-19 debido a las pruebas
variables de sars-cov-2 y el informe de muerte, no al exceso de mortalidad.
Aunque los datos
de mortalidad de Covid-19 desagregados no estaban disponibles para todos los
países, el uso de una tasa de mortalidad de la infección estable hace que sea
poco probable que esta limitación sesgue sustancialmente nuestros modelos.
Además, la
ausencia de datos desglosados por edad y sexo tanto para la fecundidad como
para la mortalidad en muchos países hizo necesario desarrollar métodos de
extrapolación para modelar números mínimos y proporciones de edad de niños
huérfanos.
La limitación
más importante, señalaron los expertos, es que sus estimaciones se generan mediante
modelos y, por lo tanto, no pueden medir el número real de niños afectados por
la muerte de los padres o cuidadores, por lo que consideran que las futuras
respuestas a la pandemia deben incluir la vigilancia de la cantidad de niños
afectados por cada muerte de los padres y cuidadores, para rastrear las
necesidades de servicios y proporcionar plataformas de derivación.
Los científicos
descubrieron que a nivel mundial la
desgarradora pandemia oculta de más de 5,2 millones de niños afectados por la
orfandad y la muerte del cuidador ha superado los 5,0 millones de muertes por Covid-19.
Estos datos identifican una correspondencia casi uno a uno en la magnitud de
las muertes por Covid-19 y la pérdida de padres y cuidadores de niños asociada
con la infección.
Los datos de los
autores del estudio sugieren que el aumento de la orfandad y las muertes de
cuidadores debe abordarse con urgencia con soluciones sostenibles y escalables,
e integrarse en estrategias globales, regionales y nacionales coordinadas y
colaborativas.
Las respuestas
efectivas a la Covid-19 deben combinar el acceso equitativo a la vacuna con
programas basados en evidencia para los niños en duelo, adaptados a la carga,
la geografía, el sexo, la edad y las circunstancias de pérdida.
Por lo anterior los expertos proponen la integración inmediata de la atención de los niños en cada plan nacional de respuesta a la Covid-19, y concluyen que el cuidado de los niños incluye tres componentes: prevenir la muerte de los cuidadores acelerando la entrega de vacunas, preparar a las familias para que estén seguras y nutridas, y proteger a los niños usando estrategias basadas en evidencia para reducir los riesgos de pobreza, adversidad infantil y violencia, y fortalecer su recuperación.
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