El secretario general de la Organización de las Naciones unidas (ONU), expresó que todo el mundo paga el alto precio de la guerra en Ucrania, pero no se debe perder la esperanza porque se vislumbra cierto progreso diplomático.
Antonio Guterres, titular de la ONU, considera inevitable el paso del campo de batalla a la mesa de negociaciones, pero preguntó ¿cuántas más vidas se deben perder antes de que eso ocurra? Al hacer un llamando a un cese inmediato de hostilidades.
EL RECHAZO A LA GUERRA
En declaraciones a la prensa, António
Guterres recordó que la invasión por un lado viola la Carta de la ONU y por
otro que ha causado un sufrimiento y destrucción atroces en ciudades y poblados,
donde los civiles viven aterrorizados por los bombardeos.
“La guerra en Ucrania no va a ninguna
parte, pero va rápido. (…) Se está intensificando, volviéndose más destructiva
e impredecible a cada momento”, dijo este martes el Secretario General de las
Naciones Unidas al cumplirse un mes de la incursión militar rusa en territorio
ucraniano.
Como ejemplo de ese sufrimiento destacó
que “desde hace más de dos semanas, (la ciudad de) Mariupol está rodeada por el
ejército ruso, que la bombardea y ataca sin descanso. ¿Para qué? Aunque Mariupol caiga, Ucrania no
puede ser conquistada ciudad por ciudad, calle por calle, casa por casa. El
único resultado de todo esto es más sufrimiento, más destrucción y más horror
hasta donde alcanza la vista”.
Guterres señaló que diez millones de
personas han abandonado sus casas huyendo de la violencia y buscando seguridad,
según ha reportado la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
ALCANCE GLOBAL
El líder del organismo mundial reiteró
el alcance global del conflicto y destacó el impacto que ya está teniendo en
todo el mundo. “El pueblo ucraniano está soportando un infierno viviente, y las
repercusiones se están sintiendo en todo el mundo con un aumento vertiginoso de
los precios de los alimentos, la energía y los fertilizantes que amenaza con
convertirse en una crisis mundial de hambre”, enfatizó.
Aludió a la carga de la pandemia de
COVID-19 y la falta de financiamiento para soportarla que ya antes de la guerra
afectaba a los países en desarrollo y agregó que ahora también ellos están
pagando el algo precio de la conflagración.
ATISBO DE ESPERANZA
No obstante el desolador escenario,
Guterres atisbó una luz de esperanza y aseguró que a partir de su contacto con
varios actores, se vislumbran elementos de avance diplomático en varios puntos
clave.
“Hay suficiente sobre la mesa para cesar
las hostilidades y negociar seriamente ahora. Esta guerra es imposible de
ganar. Tarde o temprano, tendrá que pasar del campo de batalla a la mesa de
paz. Esto es inevitable”, aseveró.
Las preguntas que quedan a juicio del
secretario general de la ONU es ¿cuántas vidas más se deben perder? ¿Cuántas
bombas más deben caer o cuántos Mariupols más deben ser destruidos? Así mismo reflexionó
refiriéndose a las más de dos semanas de bombardeos a esa ciudad portuaria
rodeada por el ejército ruso.
GUERRA MORALMENTE INACEPTABLE
Guterres insistió en que esta guerra no
tendrá ganadores, sólo perdedores y cuestionó cuántos ucranianos y rusos más
deberán morir y cuántas personas más tendrán que pasar hambre antes de que
paren los enfrentamientos.
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