Cuarta parte de esta nueva reunión convocada en virtud del Reglamento Sanitario Internacional (2005) (RSI) para evaluar estrategias y sus efectos en el manejo de la emergencia provocada por el coronavirus.
La reunión, a la que los miembros y asesores del Comité de Emergencia fueron convocados por videoconferencia, se llevó a cabo el pasado abril 11 y concluyó con recomendaciones para los países, luego de poco más de dos años en los que el mundo lucha contra el virus.
RECOMENDACIONES TEMPORALES
El Comité identificó las siguientes
acciones como críticas para todos los países:
Respuesta Nacional
Este nuevo objetivo busca fortalecer la
respuesta nacional a la pandemia de COVID-19 actualizando los planes nacionales
de preparación y respuesta de acuerdo con las prioridades y los posibles
escenarios descritos en el Plan Estratégico de Preparación y Respuesta (SPRP)
de la OMS de 2022.
Los Estados Partes deben realizar
evaluaciones como revisiones dentro y después de la acción para informar los
esfuerzos de respuesta y preparación actuales y futuros y ejecutar el Plan
Estratégico de Preparación y Respuesta (SPRP por sus siglas en inglés) de la
OMS.
Vacunación
Este objetivo modificado busca lograr
los objetivos nacionales de vacunación contra la COVID-19 en línea con las
recomendaciones globales de la OMS de que al menos el 70 % de la población de
todos los países esté vacunada para principios de julio de 2022.
Se solicita a los Estados Partes que
apoyen el acceso equitativo mundial a las vacunas y prioricen la vacunación de
-poblaciones de riesgo a través de una serie primaria y programa de refuerzo.
Estas poblaciones incluyen trabajadores de la salud, personas mayores, personas
con afecciones subyacentes, inmunocomprometidos, refugiados, migrantes,
personas que viven en entornos frágiles y personas con acceso insuficiente al
tratamiento.
Los Estados Partes deben evaluar
continuamente su cobertura vacunal y su situación epidemiológica en relación
con la pandemia de COVID-19 y modificar sus respuestas nacionales en
consecuencia. Hoja de ruta de priorización de SAGE de la OMS
Medidas Sociales y de Salud Pública (PHSM por sus siglas en ingles)
Aunque se debe continuar usando el PHSM
informado por evidencia y basado en riesgo, se modificó que los Estados Partes
deben estar preparados para ampliar el PHSM rápidamente en respuesta a los
cambios en el virus y la inmunidad de la población, si las hospitalizaciones,
los ingresos en cuidados intensivos y las muertes por Covid-19 aumentan y
comprometen la capacidad del sistema de salud.
Se recomendó a los Estados Partes que
continúen con el uso de PHSM básico basado en el riesgo que consiste en usar
máscaras, quedarse en casa cuando están enfermos, lavarse más las manos y
mejorar la ventilación de los espacios interiores, incluso en períodos de baja
circulación de SARS-CoV-2 y analizar consideraciones para implementar y ajustar
medidas sociales y de salud pública en el contexto del Covid-19
Eventos masivos
Esta meta se modificó para adoptar un
enfoque basado en el riesgo para los eventos de reunión masiva evaluando,
mitigando y comunicando los riesgos. Reconociendo que existen diferentes
impulsores y tolerancia al riesgo para las reuniones masivas, es fundamental
considerar el contexto epidemiológico incluida la prevalencia de las variantes
de preocupación y la intensidad de la transmisión, la vigilancia, el rastreo de
contactos y la capacidad de prueba, así como la adherencia al PHSM.
Se debe realizar esta evaluación de
riesgos y planificar eventos, de acuerdo con la orientación de la OMS y
teniendo en cuenta las recomendaciones clave de planificación para reuniones
masivas en el contexto de Covid-19.
Vigilancia
En este aspecto se modificaron
lineamientos para ajustar la vigilancia de Covid-19 para enfocarse en la carga
y el impacto y prepararse para una integración sostenible con otros sistemas de
vigilancia.
Los Estados Partes deben recopilar y
compartir públicamente indicadores sobre nuevas hospitalizaciones, admisiones a
unidades de cuidados intensivos y muertes para monitorear la carga de Covid-19,
y deben integrar la vigilancia de las enfermedades respiratorias aprovechando y
mejorando el Sistema Mundial de Vigilancia y Respuesta a la Influenza (GISRS).
De otra parte se alentó a los países a mantener
estrategias de prueba representativas, centrarse en la alerta temprana y el
seguimiento de tendencias como el uso de vigilancia de aguas residuales,
monitorear la severidad en grupos vulnerables y mejorar la vigilancia genómica
para detectar posibles nuevas variantes y monitorear la evolución del sars-cov-2.
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