Un estudio indica que más de un tercio de los 500 millones de personas con diabetes que existen a nivel global desarrollarán durante su vida Úlcera de Pie Diabético (UPD), más de la mitad de ellos terminarán con una infección y de estos el 17 por ciento requerirá una amputación.
La UPD es una enfermedad que se
desarrolla silenciosamente y en Colombia su atención es de alto costo, por lo
que se viene trabajando con el fin de disminuir el riesgo, sobre todo en
poblaciones rurales las cuales son las mayormente afectadas por sus condiciones
de vida.
UNA LUCHA PARA VIVIR CON UPD
A principios de 2021, Luz Dary una mujer
de 55 años, oriunda de Mariquita, Tolima, ya había aprendido que la diabetes y
la hipertensión eran parte de su vida desde hacía 35 años. Sin embargo, un día
se dio cuenta que en su pie izquierdo venía creciendo un “moradito” que crecía
y empezó a incomodarla al punto de asustarla.
Acudió a urgencias de un hospital de
Villavicencio, donde vive con su familia y el médico que la atendió, la remitió
a consulta externa para que le hicieran un raspado y una biopsia, ya que tal
mancha no ameritaba una urgencia. Posteriormente, después de acudir a un médico
particular, quien la trató con antibiótico, le apareció una línea morada, que
le causaba mucho dolor y empezó con fiebre.
Ahí fue cuando acudió al hospital Mario
Gaitán Yanguas de Soacha, donde la hospitalizaron, le descubrieron su problema
arterial y empezó su calvario de 3 meses y medio entre cirugías, dos stents en
las arterias de las dos piernas, curaciones y todas las medidas del grupo
interdisciplinario que la atendieron para evitar la amputación que ya le habían
augurado.
En el momento de esta entrevista su
herida ya está curada, sin embargó nos manifestó otro susto que le estaba
produciendo un moradito que le estaba apareciendo en uno de los dedos del pie.
La lucha aún no termina, “uno tiene que aprender a cuidarse, valorarse uno mismo, porque si no se friega uno para toda la vida. ya soy consciente de los cuidados que debo tener conmigo, ya no más gaseosas, tortas de cumpleaños y los demás alimentos que sé, me hacen daño”.
Enfocarse en las terapias preventivas en
estadios tempranos y las terapias de apoyo a largo plazo para las personas con
remisión de Úlcera de Pie Diabético (UPD), pueden producir una mayor esperanza
de vida y salud para los pacientes.
UNA DURA REHABILITACIÓN
En Colombia, menos del 10 por ciento de
los pacientes se rehabilitan, por la falta de oportunidades para proseguir con
su tratamiento, los trámites a los que se ven sometidos, demoras para las citas
para los controles, para las terapias. Además, al paciente se le incrementan
los gastos de transporte, cuidador y muchos no tienen la solvencia económica
para cubrir estos gastos.
Dentro de esta problemática, según
Yamile Júbiz, en Colombia no se están diagnosticando a tiempo los pacientes con
diabetes. Un paciente que se diagnostique a tiempo tiene un “periodo de gracia”
de 10 años, durante los cuales puede empezar a tener las precauciones
necesarias para el control de la enfermedad.
A partir del año 10 comienzan las
complicaciones, de ahí la importancia de realizar los tamizajes a la población
propensa a padecer esta enfermedad. Por esto es tan importante el papel que
desempeña el médico de atención primaria, quien se debe enfocar en el paciente
de una manera integral.
Por su lado, las personas con diabetes
deben aprender a conocer la enfermedad y su organismo. Ser autocrítico,
cuidando su alimentación y ocupándose de sus cuidados. Además, de exigir a su
médico de atención primaria que realice periódicamente los tamizajes, que son
las pesquisas de las complicaciones que pueda tener a lo largo de su
enfermedad.
Para la doctora Júbiz, “las entidades de salud deberían ocuparse del buen funcionamiento de los programas de promoción y prevención, cuya base debe ser la educación del paciente, en cuanto a los beneficios que le pueden aportar los medicamentos que está consumiendo, que aprenda con que periodicidad debe hacerse las pruebas, que sepa para que sirve una glucometría o prueba de diabetes.”
En cuanto al papel que debe desempeñar
el gobierno, la doctora Yamile insiste, que las EPS deberían ser obligadas a
que los programas de promoción y prevención funcionen y que los tamizajes se
realicen. Además de promover a nivel nacional el día de práctica clínica para
las diferentes enfermedades y sus complicaciones.
Para la jefe del pie diabético de la
Asociación Colombiana de Diabetes, “hemos avanzado mucho en medicamentos para
el manejo del pie diabético, con antibióticos de gran espectro para manejar las
infecciones, medicamentos con base en biotecnología para las cicatrizaciones,
nuevas técnicas quirúrgicas para la vascularización de las arterias para
devolver la circulación a las piernas, hay nuevos dispositivos, y en Colombia
se tiene acceso a ellos, por nuestro sistema de salud”.
Por ello es que el paciente debe ser
remitido a tiempo y atendido por un equipo multidisciplinario para atenderle la
patología. Para esta atención integral y dependiendo la complejidad de la
enfermedad, intervienen desde el médico general, medicina familia,
nutricionista, internista, ortopedista, cirugía vascular, clínica de heridas,
cirugía plástica, infectología, radiología intervencionista, fisiatría y
psicología.
IMPACTO ECONÓMICO DE UPD
El impacto económico de la enfermedad
por pie diabético es similar al del cáncer en cualquier sentido, pero las
tecnologías de apoyo para predecir y prevenir la aparición ofrecen ahorros
potenciales para la atención sanitaria a corto plazo.
Sin embargo, cuando el paciente se
complica y le aparece la UPD, suponiendo que este paciente esté en tratamiento
durante 6 meses, podría costarle al sistema de salud alrededor de 6 millones de
pesos solo en curaciones. Estos costos se incrementan cuando se presentan
infecciones y hospitalizaciones durante el tratamiento debido, no solo a las
pruebas diagnósticas que se deben llevar a cabo, sino a los medicamentos
requeridos.
Durante el transcurso de un año, un
paciente con UPD que ha tenido una infección y ha sido hospitalizado al menos
una vez, puede implicar costos para el sistema de aproximadamente 30 millones
de pesos. Adicional al tiempo que se toma la atención para el tratamiento, si
la UPD no cierra después de su tratamiento, le puede costar al sistema solo una
cirugía vascular entre 5 y más de 15 millones de pesos.
A esto, se debe sumar los gastos que
debe asumir la persona, como el transporte a sus innumerables citas para
continuar con el tratamiento y las terapias, silla de ruedas, acompañante,
entre otros. Adicionalmente, un costo social importante es la reducción en la
calidad de vida de los pacientes con esta enfermedad, así como la disminución
de su productividad debido a las limitaciones para realizar incluso tareas
cotidianas.
PACIENTES DE LAS ZONAS RURALES, LOS MÁS AFECTADOS
Para el doctor Rubén Fuentes Internista
y Endocrinólogo de Bucaramanga, los pacientes más afectados por esta enfermedad
son quienes viven en las zonas rurales, ya que sus hábitos de vida no son los
más adecuados, como los alimentos.
Algunos le temen a la insulina, otros no
tienen nevera para la conservación de esta, andan descalzos o con calzado
inadecuado, o no tienen acceso a los servicios de salud y cuando llegan, ya
tienen complicaciones o alguna discapacidad como el Pie de Charcot.
Esta enfermedad degenerativa y progresiva,
afecta las articulaciones del pie y se presenta una deformidad completa de los
huesos, por fracturas que se presentan por las mismas lesiones. Por lo general,
son pacientes que solo consultan cuando el pie está completamente deformado.
Adicionalmente, las personas que viven
en el campo tienen una alta tolerancia al dolor, por lo que no piden consulta
médica, y todavía existe la creencia popular del consumo de plantas y remedios
caseros, generando todas las complicaciones de la Úlcera del Pie Diabético.
UNA EXPERIENCIA MÉDICA EN ANTIOQUIA
Con todo tipo de complicaciones llegan
pacientes del Urabá Antioqueño, Atlántico, Bagre, suroriente de Antioquia y
otras regiones del país al Hospital Pablo Tobón Uribe de Medellín, un hospital
de Nivel 4, donde se formó desde hace 6 años el Grupo de Pie Diabético, conformado
por endocrinólogo, ortopedista, internista, infectólogo, vascular periférico,
clínica de heridas, educadora de diabetes, psicóloga, fisiatra y cirugía.
“Somos un hospital donde recibimos
remisiones de pacientes con enfermedades muy complejas. Atendemos pacientes que
ya están con muchas complicaciones, como enfermedades arteriales muy severas,
enfermedades renales y son remitidos de centros de atención de primer y segundo
nivel”, explica el doctor Iván Arroyave ortopedista y traumatólogo de este
grupo de especialistas.
En un estudio publicado por el hospital
Pablo Tobón Uribe, en el transcurso de 4 años, los pacientes que ingresaron por
Úlcera de Pie Diabético, el 51 por ciento padecía enfermedad arterial
periférica, el 57 por ciento tenía úlceras grado 3 o mayor, el 58 por ciento
requirió amputación, el 62 por ciento de las amputaciones fueron menores. La
mortalidad atribuible a infección del pie diabético o complicaciones derivadas
de la amputación fue del 1,7 por ciento.
Para el doctor Arroyave, “la principal
barrera de la enfermedad es el propio paciente, porque no se toma los
medicamentos, la alimentación no es la adecuada. Adicional a esto se suma la
dificultad a la atención médica cuando viven en regiones apartadas, otras veces
no les llegan los medicamentos a tiempo, cuando van a reclamarlos deben
permanecer de pie un tiempo prolongado que hace que la herida se la abra de
nuevo, se rompe la piel, se daña el proceso de cicatrización. Hay muchos
factores que afectan”.
DATOS DE ANÁLISIS
Las cifras globales corresponden a un artículo
científico publicado en la revista de investigación de Pie y Tobillo del 2020 por
el doctor David Armstrong, cirujano pediátrico estadounidense que es conocido
por su trabajo en la prevención de amputaciones, el pie diabético y la
cicatrización de heridas.
Estos datos suministrados por el doctor
Armstrong ponen de manifiesto cómo las úlceras del pie, relacionadas con la
diabetes (UPD) están afectando a unos 20 millones de personas al año y se han
convertido en una de las principales causas de discapacidad, en vista que estos
pacientes se vuelven totalmente dependientes.
En Colombia, de acuerdo con la
información reportada a la Cuenta de Alto Costo (CAC), en 2021 se reportaron
1´676.885 personas con diagnóstico de diabetes.
De acuerdo con la Doctora Yamile Júbiz
Pacheco, Diabetóloga y representante por Colombia ante el grupo mundial D-Foot
International, las causas más importantes que condicionan a tener úlcera de pie
diabético (UPD) es la presencia de neuropatía diabética -sensitiva, motora o
autonómica- y la enfermedad arterial periférica. “Ambas complicaciones
predisponen a que en los pacientes aparezcan lesiones y se presente destrucción
o infección de tejidos, convirtiéndose en la antesala de las amputaciones en
más de un 85% de los casos”, apuntó la experta.
EL AUMENTO DE LA OBESIDAD AUMENTA INDIRECTAMENTE LOS ÍNDICES DE UPD
De acuerdo con los datos de la décima
edición del Atlas de la Federación Internacional de Diabetes (IDF) del 2021, se
estima que en el mundo 537 millones de personas tienen diabetes. Se prevé que
esta cifra alcance los 643 millones en 2030, y los 783 millones para 2045.
Adicional, la tendencia de la diabetes a
nivel mundial es mayor en países de ingresos altos (10,4 por ciento) que en
ingresos bajos (4 por ciento), y en los urbanos (10,8 por ciento) que áreas
rurales (7,2 por ciento). Sin embargo, se espera que en próximas décadas estas
cifras se incrementen, incluso en países de bajos recursos.
La úlcera de pie diabético se presenta
generalmente en personas con diabetes Tipo 2. Esta representa aproximadamente
del 85 al 90 por ciento de todos los tipos de diabetes y su aumento se puede
atribuir a varios factores, como el creciente envejecimiento poblacional y el
rápido aumento de la obesidad de las personas que viven en las ciudades.
EL ÍNDICE DE MORTALIDAD CON AMPUTACIÓN ES DEL 56 POR CIENTO
La Doctora Yamile Júbiz afirma, que “la
diabetes se puede presentar en cualquier persona sin distinción de raza, sexo o
edad. Cuando la padece un paciente de bajos recursos, entramos a ver un
problema social, al no poder llevar un adecuado régimen alimenticio, por lo que
son más propensos a tener complicaciones con esta enfermedad. Adicionalmente,
el acceso a los médicos especialistas para las personas de las zonas rurales es
muy difícil”.
Júbiz afirma, “una persona con diabetes,
que es una enfermedad metabólica, además de recibir un tratamiento con
medicamentos, debe llevar un régimen alimenticio con porciones adecuadas de
frutas, verduras, carbohidratos, proteína animal o vegetal, tales como queso,
huevo, carne, soya, quinua…”
Adicionalmente, la diabetes es una
enfermedad progresiva, que produce complicaciones en distintos órganos, las
cuales implican que la mortalidad de una persona con pie diabético a 5 años, es
de un 30 por ciento. Cuando se presenta una amputación menor es del 46 por
ciento. Si es una amputación mayor, es decir la pérdida de la pierna por encima
o por debajo de la rodilla es del 56 por ciento.
De los pacientes que no necesitan amputación y pueden sanar su úlcera, el 40 por ciento tendrá recaída en un plazo de 1 año, el 65 por ciento en 5 años y más del 90 por ciento en 10 años. “De manera sorprendente, vemos como las personas con diabetes le temen más a la amputación que a la misma muerte”.
* Este trabajo fue realizado por Adriana Echeverri. Espere en la próxima entrega historias reales de pacientes con UPD.
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